23 octubre 2015

Falta de amor… ¿posible causal de divorcio?

Claudia Preciado Jiménez
@claudiapjaboga1


Empezare realizándome el siguiente cuestionamiento ¿Se puede terminar el amor en una pareja? Yo considero que sí, las personas vamos cambiando con el paso del tiempo y por ende nuestras emociones también van evolucionando, pondría el ejemplo de la primera vez que sentimos eso que se llama amor, se llega al matrimonio, dicha decisión se toma  la mayoría de las veces, precisamente por el amor que se tiene a su pareja, por las ganas de iniciar una vida y proyecto juntos,  el amor se va transformando al paso del tiempo,  los psicólogos dicen que el amor va cambiando en el inter del matrimonio, hasta que llega el momento que ese amor que se sentía por la pareja empieza a deteriorarse y no hablo solamente de un deterioro físico, o sea que no se debe a maltrato físico o verbal, sino emocional, cuando ese cambio culmina con la conclusión que se terminó el amor hacia tu pareja, la esperanza y cariño, las ganas de luchar por ello, y lo peor es, cuando éste sentimiento es de forma unilateral,  o sea nada más lo siente uno de los consortes; porque si fuera de manera bilateral no existiría problema, pues se tomaría la decisión de dar por terminado el matrimonio por medio del divorcio.
En relación a lo mencionado en líneas anteriores se toma la decisión de cerrar el ciclo, el amor ha acabado, la forma legal para hacer lo anterior es difícil y se llama divorcio, difícil pero necesario cuando la relación ya se encuentra dañada; o bien el amor es ya un sentimiento desconocido, y es difícil para los esposos, por la costumbre de la convivencia, el apego a la pareja, la dependencia, etc.
El índice de divorcios crece día con día y aunque existen diversas causales de divorcio, no siempre son las precisas para el tema que comento, porque no existe la causal “se terminó el amor” suena rosa, pero considero que si ocurre que uno de los consortes llegue a sentir esa falta de amor, cariño, convivencia, proyectos en conjunto etc. Y, definitivamente no se quiere concluir el resto de la vida en esa forma, con alguien por el que ya no se siente nada.
Algunos autores consideran que el desamor en una pareja que se encuentra casada obedece a otras razones, siendo la más común la infidelidad sexual, se tiene la idea que el amor por tu cónyuge se termina por que tu interés está ya puesto en otra persona y no podemos generalizar que así sea, no siempre es así. “Ni los jueces ni el Código Civil hablan de la falta de amor como causal de divorcio ni siquiera, en los divorcios por común acuerdo, indico Ortemberg”, ya que la mayoría de veces dentro del escrito de petición de  divorcio por mutuo consentimiento se le menciona al Juez de lo familiar típica frase de cajón: debido a que ya nos es posible nuestra vida en común, cuando algunas veces el trasfondo es la falta de amor.
Considero que la vida en matrimonio se complica aún más cuando se acaba el amor, y no precisamente porque la atención del cónyuge ya este enfocado a una tercera persona, como lo mencioné en líneas anteriores, sino simplemente a que lo que dio inicio un tiempo a la relación que fue precisamente el amor,  termina yéndose.
Al existir esto ya no se cumple con los fines del matrimonio. Pero qué pasa cuando él o la cónyuge, la que desarrolla este cambio de sentimiento, aborda el  problema con su pareja, se sincera con él o ella, y simplemente le dice que ya no siente amor por ella o él, por lo cual propone el divorcio, quizá como he mencionado, como este tipo de situaciones van desarrollándose con el tiempo,  haciéndose una costumbre, puede causar sorpresa para él o la cónyuge que a la mejor no se había puesto a pensar en ello; o sea que la disminución del amor estaba presentándose en su matrimonio.
He aquí donde se dificulta la separación legal, porque si él o la cónyuge que se le ha propuesto terminar la relación de matrimonio, por medio de la vía legal,  utilizando la figura jurídica del divorcio por mutuo consentimiento, no quiere él o ella firmar el divorcio por mutuo consentimiento, no obstante que al tomar conciencia de ello, quizá llegue a darse cuenta, que tal y como lo expuso su pareja, el amor que los unía y que culmino con el matrimonio ha terminado, negándose a reconocer esto y por lo tanto por capricho o egoísmo pretende no llegar a una separación legal.
Lo que sucede ante la negativa del cónyuge a firmar un divorcio por mutuo consentimiento, el cual se empieza a sentir “vejado” “humillado” “despreciado” “desamparado” por su pareja, vuelve imposible la vida en pareja dentro del matrimonio y vuelvo a repetir ya no se cumple con los deberes y fines que tiene la Institución del matrimonio.
Para lo cual concluyo, que el hecho que se termine el amor de un cónyuge al otro dentro del matrimonio, no siempre éste termina en divorcio; sobre todo cuando alguno de los cónyuges no quiere otorgarlo, entendiendo que la terminación de amor a la pareja no debiera ocurrir, o bien considera que el matrimonio es para toda la vida, que es la forma más común de pensar en nuestra sociedad; cuando la realidad es que precisamente el matrimonio no es para toda la vida.
Pienso que ante la negativa de que exista este tipo de causal de divorcio, ocasione que forzosamente tenga que invocarse otro tipo de causas, a base de mentiras para lograr tal fin, cuando debería considerarse lo más honesto el aceptar que si se puede acabar el amor en una pareja.
Ahora bien, el amor puede terminar en relaciones cortas y también en aquellas que se consideran largas, no hay regla en cuanto a los sentimientos de las personas y en este tiempo que estamos viviendo donde los derechos humanos están presentes en todos los aspectos de nuestra vida, considerando que el derecho humano a gozar de la libertad en todos los actos de nuestra vida, sea cual sea no debe ser limitado en específico en el presente caso que comento.