ALICIA ELIZABETH HERNANDEZ CARDEAS
Existen la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Tortura, la Constitución Mexicana, pero no pasa nada es muy raro cuando una de estas leyes prospere en su totalidad, La tortura es una práctica que es difícil de rastrear en su origen, toda vez que su antigüedad se remonta al momento en el que el hombre la nace el sentimiento de dominar a otro hombre, por lo que su origen se pierde en la historia de la humanidad, no era el procedimiento normal; se empleaba solo en casos muy serios, aquellos que implicaban una gran herejía, si se empleaba era justo después de la sentencia preliminar. El propósito era obtener una confesión, porque así podía lograrse que el reo confesara, entonces podría ser absuelto y quedar reconciliado con la iglesia. La tortura física se empleaba sin distinción de sexo, edad o posición social, aunque con frecuencia había excepciones debido a salud delicada. La sesión de la tortura solo duraba una hora y el reo solo podía ser torturado únicamente una vez. A menudo se continuaba la tortura, pero el testimonio forzado, obtenido con dureza, carecía de validez a menos que el casado lo repitiera en la corte. sin embargo la tortura, como conducta humana, proviene de los instintos del hombre considerado como una entidad animal en la que el instinto es el que prevalece, y ello permite establecer que en las primitivas civilizaciones la crueldad era considerada como algo natural, que acompaña al hombre desde los primeros tiempos de su existencia. La principal regla para la tortura de los hombres libres era que todo hombre de éste estado tenía derecho de exigir que la persona acusada por él tenía derecho de exigir que la persona acusada por él fuera sometida a la tortura, y si ésta persona era de posición igual inferior a la suya la ley aplicaba distinta sanción, pero en la actualidad existen leyes y normas internacionales, que no son aplicadas correctamente a los casos en los cuales se somete dicho acto, puesto que la misma autoridad es una de las principales para poder obtener confesiones forzadas, lo más triste es que la constitución prohíbe dicha actividad y aun así entidades federales y locales la aplican, pasando por encima las garantías individuales de cada individuo. Las leyes que prevén, deberán ser más estrictas y abstenerse de no cometer tortura con ninguna persona, y vigilar a dichas autoridades para que si lo cometieren sancionarlos, tal y como lo prevén las leyes y normas que protegen las garantías y libertades del ser humano. Puesto que en la actualidad se ha vuelto una práctica constante, en todo el mundo.
CONCLUSION:
Para mí desde cualquier punto, la persona humana, es poseedora de su dignidad única, el hombre es una realidad sagrada. Por ello, el Estado y la ley deben protegerla en todo momento y garantizar sus derechos fundamentales. Libertad concebida no solamente como una mera potestad psicológica de elegir propósitos determinados y escoger los medios subjetivos de ejecución de los mismos, sino como una actuación externa sin limitaciones o restricciones que imposibilite o sea impracticable por los conductos necesarios para la actuación de la teología humana. Muchos de los Derechos Humanos han alcanzado su consagración y reconocimiento en el orden normativo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos bajo el nombre de “Garantías Individuales”, entre los que se pueden citar a las llamadas “Garantías de Legalidad” y de “Exacta aplicación de la Ley”, que junto con la prohibición expresa de imposición de las penas de mutilación, infamia, la marca, los azotes, los palos y el tormento de cualquier especie, constituyen el marco jurídico que legitima el establecimiento del delito de tortura y su sanción. Como una Garantía Constitucional, la tortura se encuentra resguardada y protegida a través del órgano encargado de mantener la supremacía de la Constitución mediante el ejercicio de la acción constitucional con base en el Juicio de Amparo. Sin embargo, ello no impide que los diversos cuerpos policiales encargados de la investigación de los delitos hagan uso de diversos medios de tortura sobre las personas que se encuentran detenidas, para obtener confesiones e información a través del dolor y el sufrimiento humano, pues está demostrado que es la tortura uno de los medios más habituales y eficaces en la investigación de los delitos. y aun mas todavía es aplicada por la sociedad en la actualidad.