08 diciembre 2011

SER MUJER EN MÉXICO NO ES TAREA FÁCIL

"Llamar a las mujeres el sexo débil es una calumnia; es la injusticia del hombre hacia la mujer” 
Mahatma Gandhi. 


Gardenia Narayet Rodríguez García 
Alumna del tercer semestre de la Maestría en Derecho Procesal
Correo electrónico: gardy15@hotmail.com
Twitter: @ganaroga 



Abstract/Resumen 

Uno de los principales problemas que aqueja a la Sociedad, es la violencia contra las mujeres, en todas sus manifestaciones: física, psicológica, económica, laboral, docente, institucional, política, comunitaria, situación que se manifiesta tanto en el ámbito público como en el privado. 

La distinción, exclusión y restricción de derechos que sufren las mujeres, es una real y clara práctica discriminatoria. 

Aunque las mujeres han representado siempre casi la mitad de la población mundial, los hombres han influido, decidido, actuado por ellas y peor aún, al margen de ellas. 

En la actualidad se vive una situación que muchos olvidan y pocos mencionan, la discriminación de la mujer en asunto públicos, escenario que es palpable, dada las evidentes estadísticas, en las que se puede observar claramente, que las mujeres escasamente ocupan cargos directivos del sector público y privado, teniendo, además una mínima presencia en los puestos de elección popular. 


Palabras claves 

Discriminación: Separar, diferenciar o excluir a algunas personas, o tratar como un ser inferior, o privarle de derechos, participación, INEGI, Cuotas de género, COFIPE. 


Desarrollo 

Históricamente, las mujeres mexicanas han sido marginadas en la escena política. La situación no ha cambiado mucho durante la revolución o cuando el sistema político fue establecido. 

Un dato aportado por el Censo de Población y Vivienda 2010 recabado por el INEGI, manifiesta que el total de habitantes en los Estados Unidos Mexicanos asciende a 112’336,328 millones, de los cuales las mujeres suman 57’481,307;(1) esto es, ¡Mas de la mitad de la población! 

Partiendo de este dato, es indudable el protagonismo de las mujeres en el país. Y los papales o títulos ostentados son variados: madres, hermanas, sobrinas, esposas, amas de casa. Mujeres que también son profesionistas exitosas con todos los abanicos de posibilidades ofertados. 

Ser mujer en México no es tarea fácil. Existen muchos problemas a los que debe enfrentarse, en el mantenimiento de sus hogares, trabajos, educación de los hijos e hijas, relaciones con su pareja, que en muchas ocasiones les impiden organizarse, situaciones que limitan la participación de las mujeres en la vida política y en la gestión pública. Es claro que gran parte de los obstáculos devienen de modelos machistas dominantes en las organizaciones políticas y aún en las organizaciones gremiales y sociales. 

Un indicador que da cuenta de la participación de la mujer en puestos donde se toman decisiones es el porcentaje de mujeres funcionarias y directivas insertas en la población. 

En México el 84% de las Secretarías de Estado son precedidas por hombres y sólo el 16% por mujeres. 

En Jalisco, el Congreso del Estado, está conformado por, escasamente ocho mujeres diputadas, seis por el Principio de Representación Proporcional y dos por el Principio de Mayoría Relativa, quienes representan la mínima proporción del 20.51%. 

De los funcionarios en la Administración Pública, Titulares de las Secretarias del Estado de Jalisco, el 100% son hombres, por consiguiente las mujeres no tienen cavidad en estas Direcciones. 

En lo que se refiere a la participación de las mujeres en las pasadas elección del 2009, del total de las candidaturas a diputados propietarios las mujeres alcanzaron el 30.77% y los hombres el 69.23%. (2) 

En las candidaturas para Munícipes la participación de las mujeres fue del 40.32% y la de los hombres del 59.68%. 

Si bien es evidente el incremento de la presencia de las mujeres en los puestos de elección popular y en los cargos directivos, dicha participación es todavía escasa. Dadas las restricciones asociadas con aspectos culturales, las responsabilidades domesticas, la falta de recursos económicos y la desinformación que perjudica el positivo desarrollo del liderazgo de las mujeres. 

Es necesario tomar medidas y acciones adecuadas, tales como, el establecimiento de cuotas electorales obligatorias de participación femenina, una mayor educación política para la mujer, y además una concientización de la sociedad al respecto. 

Mediante el establecimiento de cuotas obligatorias de participación femenina se pretende que ningún género pueda tener más de un determinado porcentaje de representación en los órganos legislativos. 

El establecimiento de cuotas de género surge a partir de la constatación del bajo índice de mujeres que acceden a cargos públicos representativos. Con los cuales se busca reparar una probabilidad objetiva que pesa en contra de las mujeres, tal como lo muestran las estadísticas. Dado que la posibilidad real que tienen de acceder a cargos representativos es notablemente menor que la que tienen los hombres. 

El COFIPE, (Art. 175-A y 175-B) prohíbe que las candidaturas de representación proporcional, excedan del 70% de candidatos de un solo sexo y garantiza la inclusión de un candidato de sexo distinto en cada tres lugares de la lista, de cada uno de los tres primeros segmentos (hasta agotar el porcentaje mínimo del 30% del total). 

Exceptuando las candidaturas de mayoría relativa que son resultado de un proceso de elección mediante voto directo. 

Con esta normatividad, de cierta forma se ha impuesto incursionar a las mujeres en la vida política, logrando con ello, aumentar el número de diputadas mujeres en la LIX Legislatura, sobre todo en lo que refiere a representación proporcional. 

Es importante mencionar que la ley establece sexo distinto, sin referirse a hombres o mujeres, sin registrar con exactitud el porcentaje de hombres y mujeres. Cuestión que en la práctica se utiliza en beneficio del hombre y en perjuicio de la mujer, pues, desafortunadamente las mujeres ocupan el porcentaje mínimo obligado de las candidaturas (30%). 

Sin embargo, pudiéramos tener un escenario totalmente distinto. Que las mujeres ocuparan el cincuenta por ciento, el sesenta por ciento, el setenta por ciento de las candidaturas, claro es, si la cultura de los mexicanos fuese distinta, inclusive pudiera no ser necesaria una ley que lo regulara. Desafortunadamente será necesaria su regulación en tanto no se tenga una visión más amplia, cuando se reconozca que las mujeres son iguales o más capaces que los hombres para desempeñar cualquier cargo público. 

A nivel Local, el Código Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco señala la misma regla que el COFIPE para la lista de candidatos de representación proporcional. 

Además ordena que la lista de la planilla de candidatos de Presidente Municipal y sus Regidores Suplentes se integrara con un máximo de 70% de candidatos de un solo sexo. 

Lamentablemente este criterio solo aplica para suplentes y no para propietarios, situación que una vez más sitúa a las mujeres en desventaja con relación a los hombres. Aunque, en este aspecto, cada Partido emite sus estatutos, quienes en algunos casos aplican este porcentaje también para propietarios en mayor o menor medida, siendo una medida discrecional, la cual no están obligados a cumplir. Uno de los pretextos más utilizados por los Partidos Políticos es que no cuentan con mujeres que deseen o puedan participar. Sin embargo, existen muchas mujeres con aspiración y capacidad para ocupar cargos de dirección, así como de elección popular. 

Entre las razones que se invocan para limitar la participación de las mujeres en la vida pública y política y en la toma de decisiones, suele citarse su falta de preparación al respecto e incluso, su propio desinterés. Por ellos es importante y necesaria una mayor educación política para la mujer. 

La construcción social de género que se ha venido dando a lo largo de la historia refleja que las sociedades actuales no son neutrales con relación al género, entendiendo por tal el rol que socialmente se le asigna a los hombres y a las mujeres; de esta forma las mujeres desempeñan roles asociados a la vida privada, cuidado de niños y niñas y ancianos, mantenimiento del hogar, etc. Mientras los hombres asumen roles en la vida pública, fuera del hogar. 

Esta separación de ámbitos de actuación ha supuesto para las mujeres una relegación importante en el campo político, que es justamente lo que se trata de evitar mediante la concientización de la sociedad al respecto. 

En consecuencia, las mujeres demandan una corresponsabilidad domestica, para compartir los roles familiares, para tener una distribución más justa de las actividades del hogar y de esta forma aprovechar el mismo tiempo para realizar actividades laborales públicas y/o políticas. 

La exclusión de las mujeres de la vida pública obliga a transformar las actuales políticas públicas patriarcales en democracias más representativas y legitimas. 


Conclusiones

Para tomar consciencia del grave problema que representa la discriminación de las mujeres en la actualidad, primeramente es necesario que la sociedad acepte y reconozca que existe la exclusión política de la mujer en el país y que demanda un esfuerzo concertado y sustancial para crear mecanismos, instituciones, espacios e implementar acciones que permitan y faciliten el pleno ejercicio de los derechos políticos de las mujeres. 

Es importante aplicar medidas positivas, así como amplias acciones que propicien el empoderamiento de las mujeres, su autovaloración y la conciencia de su capacidad para intervenir y participar en la gestión pública y en la toma de decisiones. 

El impulso de la participación de mujeres en cargos públicos requiere de acciones legales con mandatos claros, así como de cambios en las normas internas de los Partidos Políticos en sus prácticas y mecanismos de organización y convocatoria. 

Una de las medidas propuestas es modificar el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales y demás legislaciones federales, estatales y municipales pertinentes, para establecer la obligatoriedad para que los estatutos de los partidos políticos contemplen un apartado especial programático para las mujeres. De que la lista que presentes los partidos políticos para cargos de elección popular sea el 30% para candidatos propietarios y no sólo suplentes. Establecer que en las capacitaciones electorales impartidas por organismos oficiales se incluya el tema de la participación política de las mujeres y el estímulo de su incremento. 

Se exhorta a las Instituciones Públicas y Privadas, a los Institutos Electorales, a los Partidos Políticos para realizar acciones que faciliten los medios necesarios para incrementar la cultura y capacitación de las mujeres en materia política. 

El poder del cambio está en nosotros, actuemos a la de ya. De lo contrario nos pasará lo que la Mtra. Bárbara Cabrera señala en la historia de Alguien, Nadie, Todo el mundo y Cualquiera, que refiere: 

Había un grupo de cuatro personas que se llamaban: “Alguien” “Nadie”, “Todo el mundo” y “Cualquiera”. “Todo el mundo” estaba seguro de que “Alguien” haría un trabajo importante que “Cualquiera” podría hacer. Pero “Nadie” lo hizo. “Alguien” se disgusto porque pensó que era el trabajo de “Todo el mundo” y que “Cualquiera” podía haber exigido de “Alguien” que lo hiciera; y podía haber acusado a “Cualquiera” por no realizar el trabajo que “Todo el mundo” debía hacer. 

Conclusión: Si “Alguien” trabaja, con amor e interés, entonces, “Nadie” culpara a “Cualquiera” porque “Alguien” habrá hecho el trabajo en que “Todo el mundo” debe participar. 

No esperemos que otro realice lo que corresponde a cada uno su responsabilidad. Las Mujeres luchen por el respeto a sus Derechos Humanos, por el reconocimiento de sus Derechos Políticos, Los hombres permitan el acceso a las Mujeres en el ámbito Público, respeten sus Derechos y reconozcan que debe existir igualdad de género en todos los aspectos. Desde nuestras trincheras hagamos lo propio. 


Fuentes de consulta

Bibliografía

Arreola Ayala Álvaro, La Justicia Electoral en México, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. 2008 

Cortes Guardado, Marco Antonio, Gómez Álvarez, David, El voto en Jalisco: Crisis, elecciones y alternancia 2009. 

Memoria Electoral, Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco 2008-2009. 

M. Cejudo, Guillermo, Para entender los Gobiernos Estatales en los Estados Unidos Mexicanos, Instituto Federal Electoral del Estado de Jalisco, 2007 

Miguel Carbonell, La Libertad de expresión en materia electoral 


Fuentes de Internet



Investigación de campo

Entrevista con la Diputada Lic. Margarita Licea González, Titular de la Comisión de Equidad de Género en el Congreso del Estado de Jalisco. 

Charla con el Dr. Guillermo Ortiz Vázquez. 


Notas

(1) Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI, Censo poblacional 2010. 

(2) Memoria Electoral, Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco 2008-2009.