1.
PENSAR ANTES DE ACTUAR: no tomar de manera personal los comentarios y
observaciones que los colegas pudieran hacer sobre tu trabajo. Ser asertivo.
2.
ESCUCHAR LAS CRITICAS: no defender o aclarar una teoría propia es
considerado por un lado como un reconocimiento de errores y por el otro como
unas falta de respeto para aquellos que han leído tu investigación. Entablar el
diálogo.
3.
NO MENOSPRECIAR A LA GENTE: tomar en cuenta a estudiantes y a los no
especialistas es esencial. Atender a quienes se toman la molestia de revisar
tus publicaciones es muestra de que eres un profesional serio. Ser inclusivo.
4.
REVISAR MINUCIOSAMENTE LO QUE PUBLICAS: si la forma en que das a conocer
tus investigaciones es precisa y ordenada, será más factible que en el futuro
seas citado o recomendado como una fuente veraz y confiable de conocimiento. Pensar
en tus lectores.
5.
SIEMPRE ACLARAR CONFLICTOS DE INTERESES: los malos entendidos académicos
pueden hacer que tus contribuciones a textos con varios autores no sean
consideradas como válidas. Buscar la conciliación.
6.
APORTAR ANTES QUE CRITICAR: no es suficiente asistir a mesas redondas o
simposios, hay que contribuir a la organización y divulgación de las
actividades de tu ciencia. Ser propositivo.
7.
NO COMPROMETERSE CON TAREAS QUE NO SE PUEDAN REALIZAR: entregar de manera
retasada artículos o avances de investigaciones hará que no seas tomado en
cuenta para colaboraciones futuras. Calidad, no cantidad.
8.
NO ESCRIBIR RESEÑAS POBRES: ser un buen comentarista o editor del trabajo
de tus colegas no sólo depende de percepciones sino del nivel de conocimientos
que muestres para enriquecer la discusión científica.
9.
NO CITAR A QUIENES NO LO MERECEN: mencionar a autores por favoritismo
pondrá en entredicho la honestidad de tu trabajo. Ser neutral.
10.
NUNCA PLAGIAR INFORMACION: apoyarse en investigaciones ajenas es deseable
para complementar la información más no omitir el crédito de quien lo merece.
Ser ético.
Fuente: Ploscompbiol.org.