Benjamín
Alfonso Ruiz Morales
@benjaminruiz01
Aunque mi estudio se
sitúa en el Estado de Jalisco, la
mayoría de las lecturas proviene de los Estados Unidos, El que la mayoría de la
información sobre la transexualidad se produzca en Estados Unidos se debe al
fenómeno que Bolívar Echeverría (2008) nombró “la americanización de la
modernidad, ya que sostiene que el conjunto de la vida económica, social y
política en el último medio siglo tiene una tendencia principal de desarrollo,
definida por la versión dominante en la modernidad americana. Lo que distingue
a la modernidad “americana” del XX, de la modernidad europea del XIX, su rasgo
peculiar, es que parece estar en disposición total o irrestricta a asumir el
hecho del progreso.
La medicalización,
tanto con la endocrinología como por la vía de las nuevas técnicas de la
cirugía reconstructiva. Echeverría señala que en Estados Unidos, la aceleración
de los cambios que su productivismo introduce en la vida práctica y en la
realidad social supera cualquier límite. Así, la forma “americanizada” de
tratar la transexualidad se presenta como un progresismo que, llevado al
extremo, globalizado y omnipresente, inunda desde todos lados el mercado
mundial.
Estados Unidos se
convierte, en pocos años, en el centro intelectual del debate sobre la
identidad de género y el núcleo promotor de los protocolos y tratamientos al
respecto.
Ese es precisamente el
caso con la investigación sobre el tratamiento médico de la transexualidad (la
llamada “cirugía de reasignación de sexo”) que alentó la Erikson Educational
Foundation, una institución creada por una persona transexual y bajo cuyos
auspicios se fundó la instancia reguladora de la transexualidad a nivel
mundial: la Harry Benjamin International Gender Dysphoria Association (que
cambiará de nombre a partir de 2006 por The World Professional Association for
Transgender Health, WPATH). Esta organización marcó mundialmente la comprensión
y el abordaje terapéutico de la transexualidad
Esta información de
carácter internacional la complementé mediante entrevistas con los médicos
especialistas, aquí en Jalisco. El discurso de estos profesionales está basado
en el tratamiento de las personas diagnosticadas con “trastornos de identidad
de género”. Este documento, de referencia internacional, ha sido la base
principal en las reglamentaciones para la regulación legal de la transexualidad
en muchos países y sigue siendo utilizado por los profesionales que tratan a
personas trans (psiquiatras, psicólogos, endocrinólogos y cirujanos
reconstructivos). Mi objetivo en esas entrevistas fue el de conocer su
concepción de la transexualidad y, más concretamente, la perspectiva del
proceso terapéutico con el cual desarrollan su “acompañamiento” a las personas
transexuales. En el transcurso de dichas entrevistas traté de que fluyera de
manera propicia la interacción para conocer su forma de concebir la
transexualidad y su abordaje terapéutico. Las entrevistas a los terapeutas
duraron entre una hora y media y dos, y las estructuré evitando plantear mi
cuestionamiento a la ausencia de una perspectiva psicoanalítica de manera de no
generar polémica. Traté de abarcar la presentación de su trabajo, sus ideas
sobre la transexualidad, el tipo de tratamiento que ofrecen a las personas
trans y su visión sobre las voces del activismo trans que critican la patologización
de la transexualidad.
La investigación
bibliográfica me sirvió para comprender el lenguaje codificado de las personas
trans (“pasar”, transicionar, etc.), ubicarme en la oferta terapéutica y lograr
un conocimiento intelectual sobre ciertos problemas de la condición transexual.
Acceder a las historias personales de mis informantes me permitió vislumbrar
sus dilemas existenciales, desde los obstáculos que surgen en torno a su
abordaje terapéutico hasta la importancia de ciertas problemáticas, como la jurídica.
Me resultó útil contrastar la interpretación intelectual que encontré en los
libros y artículos con las palabras de mis informantes y comprobé que la
información extraída en contextos de interacción creados específicamente para
la investigación (las entrevistas) concuerda en lo esencial con las reflexiones
publicadas por especialistas.
El fenómeno de la
transexualidad es multicausal, y explorarlo cabalmente requiere de un enfoque
multidisciplinario o, para hacer honor al prefijo, transdisciplinario o sea, un
abordaje que atraviese diferentes enfoques disciplinarios y que apunte a
integrar visiones provenientes del campo de la antropología, la historia, el
psicoanálisis, el análisis del discurso, la comunicación y la teoría política.
Como la ciencia, los procesos culturales y la subjetividad humana están
socialmente construidos, recursivamente interconectados y constituyen un
sistema abierto, asumo una postura epistemológica pluralista
Mi objetivo es
entender cuál ha sido el proceso histórico y la argumentación conceptual
mediante los cuales ante la condición transexual se ha recurrido a “ajustar” a
esos seres humanos a la normatividad hegemónica vía hormonación y cirugía.